Cuando hablamos de la aplicación de la inteligencia artificial en la educación, lo primero que nos viene a la cabeza es la capacidad de automatizar procesos. Aunque este es uno de los usos más recurrentes, en realidad su potencial y sus beneficios son mucho más amplios.
Es por eso que en esta ocasión vamos a hablar de 5 maneras en que podemos aplicar la inteligencia artificial en la educación, favoreciendo a los alumnos, padres de familia, docentes y personal administrativo.
1. Asesoría virtual sin intervención humana
Hace diez años esto parecería un recurso de ciencia ficción, pero hoy es posible ofrecer asesoría virtual y personalizada a los estudiantes. En varias escuelas de Latinoamérica ya se está implementando el uso de asistentes administrativos basados en inteligencia artificial.
Muchas instituciones educativas en Latinoamérica ya trabajan en el diseño de estos asistentes virtuales capaces de resolver de manera personalizada cualquier duda o problema de los estudiantes. Pero ¿cómo funciona esta tecnología?
Se hace mediante un software de inteligencia artificial, conocido como chatbot. Para generar conversaciones realistas, este software se alimenta de información real, precisa y relevante proporcionada por la comunidad académica.
A continuación, un ejemplo de asesoría virtual:
- Los alumnos tienen dudas respecto a la fecha en que recibirán los resultados de su evaluación.
- El chatbot puede configurarse para responder a la pregunta: resultados de la prueba de inglés.
- El chatbot puede solicitar el nombre del profesor y grupo o materia, para con esos datos seleccionar la fecha en que se publicarán los resultados. Incluso, puede proporcionar un enlace para verlos si ya están publicados.
2. Gestores de evaluación para diseñar exámenes con IA
Uno de los procesos más exhaustivos para un docente es la aplicación y calificación de pruebas y exámenes. Una actividad que, en la mayoría de los casos, tiende a ser repetitiva y puede consumir mucho tiempo que podría aprovecharse de mejor manera.
Mediante la inteligencia artificial, las instituciones pueden aplicar evaluaciones a los alumnos de manera más automatizada, segura y eficiente. De esta forma, también es más sencillo para el docente calificar con un alto grado de precisión. Más allá de utilizar un programa que arroje un resultado numérico, hablamos de sistemas inteligentes que puedan evaluar, detectar anomalías, ofrecer estadísticas e incluso hacer cálculos valorativos.
Esto es posible gracias a plataformas digitales como TestBench, un gestor de evaluación basado en inteligencia artificial que nos permite generar bancos de preguntas cambiando de forma aleatoria los reactivos dentro del examen, ajustándose a las asignaturas y contenidos de cada institución.
3. Registro y evaluación personalizada del aprovechamiento académico
Llevar un registro y control del aprovechamiento académico de los alumnos es un proceso que puede ser tan agotador como la evaluación de pruebas, e incluso puede volverse más complejo si se pretende hacer de forma personalizada.
Los programas de inteligencia artificial para el análisis y gestión del aprendizaje permiten llevar un control de los avances de los estudiantes, registrando de manera detallada sus progresos a partir de variables como el número de aciertos en una prueba, el tiempo de resolución y la recurrencia de error en determinadas preguntas.
De esta manera, estos sistemas le permiten al docente obtener un diagnóstico en tiempo real sobre las fortalezas, debilidades y áreas de oportunidad de los alumnos a partir de los datos recolectados y procesados en un formato de reporte.
4. Fortalecer la educación personalizada a través del crowdsourcing
El crowdsourcing es un término creado por el periodista Jeff Howe y se refiere a la capacidad de generar entornos colaborativos diseñados para que las personas puedan trabajar en la resolución de una o varias actividades, aportando ideas y recursos de todo tipo.
Sistemas como Brainly o Quora se han hecho muy populares por su capacidad para convocar a una gran cantidad de personas de todo el mundo que aportan ideas en torno a un tema en específico.
En el caso de Brainly, sus desarrolladores se han enfocado en crear un sistema que gradualmente determina el nivel de los usuarios y les permite acceder a preguntas de mayor complejidad, motivando en ellos el interés por elevar el aprendizaje autodidacta.
5. Apoyo de la IA para diseñar material didáctico personalizado
Aunque los docentes tengan las mejores intenciones para mejorar sus clases, debemos considerar que no siempre cuentan con el tiempo o los recursos para atender las necesidades didácticas de cada alumno de forma personalizada.
Actualmente, podemos contar con inteligencia artificial para acceder a contenido diseñado específicamente para un grupo o un alumno en particular. Empresas como Content Technologies trabajan desde hace años en la creación de inteligencia artificial capaz de determinar cuáles son los contenidos, recursos y herramientas más adecuadas para determinado perfil.
Desde aplicaciones hasta libros de texto y contenido multimedia, esta IA determina qué materiales tendrán un mayor impacto pedagógico en nuestro estudiante objetivo. Otros sistemas similares pueden incluso elaborar pruebas de forma automática a partir de contenidos previos, reduciendo el tiempo de elaboración de exámenes hasta en un 80%.
Ahora que ya conoces algunas de las aplicaciones más importantes en la educación, ¿qué te ha parecido esta información? ¿ya cuentas con un sistema de IA en tu institución?
Si aún no cuentas con un sistema de evaluación en línea basado en inteligencia artificial, te invitamos a conocer TestBench: un robusto banco de evaluaciones en línea que cuenta con un portafolio de reactivos de opción múltiple tanto para contenidos generales como específicos.
Su avanzado sistema de inteligencia artificial permite generar exámenes con preguntas aleatorias de forma dinámica, con secciones que cambian las preguntas de la prueba según sus necesidades, además de garantizar la máxima seguridad durante el proceso.
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