1. Pensar en prevención y no en miedo. Debemos cuidarnos entre todos, pero no es bueno tener miedo ante esta situación, sino respeto.
  2. Preguntar al centro educativo de los niños por las medidas que se tomarán, ya que el conocimiento nos da tranquilidad.
  3. Si el niño o adolescente tiene miedo, es importante transmitirle tranquilidad y confianza, así como recordarle las medidas higiénicas y de seguridad. En caso de que la distancia social no se pueda respetar, proporcionarle mascarillas de más protección.
  4. De cara a los profes, es lógico que después de tanto tiempo sin contacto con sus alumnos, entrar en un aula con 20 o 30 alumnos pueda generarles un cóctel de emociones muy intensas, lo mismo que puede ocurrir al volver a coger un tren u otro medio de transporte. Esto no debe paralizarles la vida, la única solución está en protegerse de una forma más sana y cuidadosa.
  5. Seamos profes o familias debemos recordar que somos nosotros los que movemos nuestras emociones y no son las emociones las que no mueven a nosotros.
  6. Es importante concienciar a nuestros hijos sobre las medidas de seguridad.Los profes las pueden recordar, pero son los padres los que deben crear esos hábitos de respeto para que los alumnos los pongan en práctica en los centros educativos. Los niños como esponjas que absorben muchas rutinas, información y conocimientos.
  7. Es fundamental saber que somos un engranaje, que debemos ayudarnos entre todos para sentirnos seguros.

Desde el respeto y la prevención, esta vuelta al colegio será más fácil de lo que pensamos

Es importante para el miedo, la ansiedad y la desesperanza crear sentimientos opuestos como la esperanza, el autocuidado y el optimismo realista. Saber que si actuamos de forma correcta, nos cuidamos y somos respetuosos con los demás, entonces todo irá bien.

Por último, recordar que esta situación nos ha enseñado muchas cosas, seguro que hemos aprendido a adaptarnos a los cambios.

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