Tus datos son importantes
“¿Quién va a querer mis datos? Si no le interesan a nadie.” Tus datos son importantes. Además de tener un valor en sí mismos (datos sensibles que dan acceso por ejemplo a una cuenta bancaria) hay modos de lucrarse con la recopilación de datos. Por eso, es importante que no seamos demasiado confiados a la hora de navegar por internet y de dejar nuestros datos. Tenemos que sospechar de los mensajes extraños, los enlaces largos o de las promociones poco realistas. Navegamos con demasiada rapidez y muchas veces no nos paramos a pensar antes de hacer clic.
Phishing
Es uno de los ataques más habituales y se da a través de la suplantación de la identidad. Se ponen en contacto con nosotros haciéndose pasar por una entidad conocida para acceder a nuestros datos. Fijándonos un poco en la forma del mensaje o de la marca es fácil detectar la suplantación, otras veces es más difícil porque pueden enviar un mensaje personalizado o hacerlo incluso desde un email oficial, por ejemplo. En estos casos, siempre hay que pararse y pensar un momento. Analizar quién nos envía el mensaje, cómo nos lo envía (el formato) y el contenido propiamente. Un banco o cualquier entidad nunca nos va a dar un plazo pequeño de tiempo para realizar una gestión, ni tampoco lo hará por cualquier canal. En estos casos, siempre conviene ponerse en contacto con la entidad si nos llega un mensaje extraño supuestamente a su nombre.
Entre los menores
Entre los menores, los mayores peligros suelen venir a través de las redes sociales y también a través de los chats de las redes o videojuegos. Puede haber acercamientos de adultos a menores a través de conversaciones por chat. Piden datos o fotos para después poder extorsionar con ellos. Por eso, es fundamental hablar de esto con nuestros hijos. Que sientan la confianza de poder hablar de esto, y que no tengan miedo ni vergüenza de contarlo. Es importante hablar de ciberseguridad con nuestros hijos desde pequeños, a veces lo tendremos que hacer a través de un lenguaje accesible para ellos. A través de fábulas por ejemplo, como lo hace este cuento recomendado: “Cuentos De Ciberseguridad“ de Francisco Pérez Bes.
Las contraseñas
Mediante ataques, una contraseña sencilla se puede descubrir en segundos. Por eso, tenemos que crear contraseñas largas y complejas. Podemos utilizar una palabra larga que nos guste y cambiar alguna letra por un número o símbolo.
Y después, variar ligeramente esa contraseña según cada red social. Una cosa importante es la doble verificación en nuestras contraseñas. Podemos tener una aplicación de doble autenticación donde guardar todas las cuentas con códigos que se generan automáticamente.
También es interesante emplear una aplicación de gestor de contraseñas. Esto también hay que hablarlo con menores.
Contenido
Hay que pensárselo dos veces antes de publicar nuestros datos. Debemos tener cuidado con los datos más sensibles (datos sobre la vivienda, fechas o lugares de vacaciones, datos sobre los hijos o sus colegios, etc). Es positivo acceder y activar las configuraciones de privacidad para que Google no indexe lo que subimos. Y siempre hay que tener en cuenta que todo lo que subimos se queda en internet.
Descargas de apps
Aunque cada vez menos, se siguen colando muchísimas aplicaciones maliciosas que suplantan a otras existentes. Hay que tener cuidado y descargar las apps en las cuentas oficiales, verificar siempre que es la app que queremos instalar, comprobar los comentarios, valoraciones, etc. Si nos piden muchos permisos de acceso (más de los necesarios para esa supuesta app) es un síntoma de software malicioso.
Conexiones wifi
Hay que tener un poco de cuidado con las redes wifi públicas porque a veces podemos conectarnos a una red wifi maliciosa con un nombre verosímil y puede pasar todo por un ordenador. Lo más recomendable es conectarse a una VPN (hace que se filtre el contenido al que puede llegar un ciberdelincuente). También es recomendable asegurarse de que la red a la que nos conectamos es la red wifi oficial que dice el nombre de la red o usar los datos del móvil.
Compras online
Las compras online son muy cómodas y no hay que dejar de hacerlas por miedo. Pero sí que hay que tener cuidado y fijarse en detalles. Antes se nos decía que había que fijarse en la “s” de “https:” pero ahora mismo muchas páginas maliciosas ya cuentan con ese https.
Es fundamental darse cuenta de los “chollos” o “gangas” y sospechar de ellos. Si es una web que tiene un diseño menos cuidado o en la que es muy llamativo todo, es mejor evitar la compra. Todo e-comerce tiene que tener información legal, una sede, unos datos fiscales y tenemos que poder encontrarlos.
Es importante a la hora de hacer compras online, contar con una tarjeta virtual que podamos recargar de manera que si ocurre algo, no se acceda a más de lo que contiene esa tarjeta virtual.
Videojuegos y micropagos
La mayor amenaza en el entorno de los videojuegos actualmente son los chats y conversaciones que pueden darse por parte de nuestros hijos mayores. Otro peligro es el de los micropagos, que son pagos pequeños que se pueden realizar en videojuegos normalmente gratuitos. Este problema exige tener la confianza con nuestros hijos para hablar con ellos de esto y que entiendan lo que significa un micropago. También ayudarles a desactivarlo si se ha dado sin darse cuenta.
Compartir: