El cierre de 2024 nos trajo un gran avance en cuanto a la protección de la infancia y juventud dentro de los entornos de digitales. El Gobierno de España publicaba el “Informe del comité de personas expertas para el desarrollo de un entorno digital seguro para la juventud y la infancia”. Se trataba de un documento de casi 250 páginas que recogía 107 medidas para protegerlos, cuya implantación se estima a corto, medio y largo plazo. Encargado por el Ministerio de Juventud e Infancia, los 50 expertos independientes que lo firman habían estado trabajando durante año para diseñar esa gran hoja de ruta que garantice la seguridad de niñas, niños y adolescentes dentro de los entornos digitales.
Siguiendo con las claves del Informe del comité de expertos, una de las cuestiones que se plantea es “un acceso gradual, lo más seguro, respetuoso con sus derechos de privacidad e intimidad y educativo posible, y adaptado al nivel de madurez y capacidad progresiva”.
Para ello, los expertos apuntan una serie de pautas:
Recomendaciones a partir de pre-adolescencia y adolescencia
En Primaria (de 6 a 12 años)
- Limitar el uso de los dispositivos con acceso a Internet.
- Priorizar actividades vivenciales, deportivas, en contacto con la naturaleza y el entorno físico y presencial.
- Si se decide utilizar un dispositivo, bajo la supervisión de un adulto y para acceder puntualmente y con límites prefijados únicamente a contenidos adaptados a sus edades y capacidad.
En Secundaria (de 12 a 16 años)
- Priorizar el uso de teléfonos analógicos (de sólo llamada), sin acceso a internet, si se estima que son necesarios.
- Retrasar la edad del primer móvil inteligente (con conexión a internet) lo máximo posible.
- Si las familias deciden la entrega de un móvil inteligente antes de los 16 años: utilizar el control parental para limitar y monitorear el acceso a los contenidos y el tiempo de uso.
La etapa adolescente tiene gran importancia en el desarrollo cerebral. En ella finaliza la maduración del sistema límbico, encargado de regular las emociones primarias (como el miedo o el enfado), modular las necesidades primarias (como el hambre) y generar la motivación para realizar acciones, aprender y recordar.
Además, en esta etapa se inicia la maduración progresiva de la corteza cerebral. Sus funciones están relacionadas con las actividades ejecutivas superiores, como la regulación emocional y de la conducta, la planificación, la toma de decisiones… Esto explica la impulsividad y emotividad en la adolescencia. Por ello, es importante el acompañamiento de los adultos.
La mayoría de los estudios sobre adolescencia se centran en la interacción social y salud mental. Las redes sociales pueden afectar en esta etapa debido a la desinformación y a la información contradictoria presente en ellas, ocasionando problemas en la adaptación al grupo o la aceptación de su nueva imagen corporal.
En cuanto al bienestar emocional y la salud mental, según datos de Unicef España, el 33% de adolescentes presentan un uso problemático de internet. Sin que quede demostrada la relación causa-efecto, el indicador de bienestar emocional se reduce a la mitad y la tasa de depresión es más del triple, entre los que presentan un uso problemático de internet.
Un mal uso del entorno digital puede precipitar también situaciones de violencia. Según Unicef, 1 de cada 5 adolescentes podría ser víctima de ciberacoso. Además, hay que estar alerta en lo referente a los discursos del odio en redes, frente a grupos vulnerables.
Por último, el uso excesivo de las pantallas puede tener también impacto negativo en el sueño, la alimentación, la actividad física o la fatiga visual. El informe recomienda abordar la salud digital en las consultas de pediatría, ofreciendo pautas:
- Sueño: evitar el uso de pantallas 1-2 horas antes de acostarse; y mantener los dispositivos apagados y fuera de la habitación.
- Alimentación: evitar el uso de pantallas durante las comidas y seguir una dieta saludable.
- Actividad física: realizarla según las recomendaciones por edad.
- A nivel ocular y muscular: ergonomía (posición adecuada); y parpadeo durante 20 segundos y visión lejana 20 segundos tras 20 minutos de pantalla (regla 20/20/20).
- Atención: en los momentos de estudio o trabajo los dispositivos que no sean necesarios apagados o fuera de la habitación.
- Lugar de uso: comunes del hogar como el salón; evitar las pantallas en lugares privados, baño y dormitorio.
- Dispositivos: apagar los dispositivos que no se estén utilizando (ruido de fondo); y eliminar las aplicaciones que ya no se usen.
- Tiempos de desconexión: leer, comer, ejercicio físico, juegos en familia, socialización… Los dispositivos estarán silenciados y en un lugar previamente pactado.
- Seguridad: evitar compartir información y fotos sensibles o que puedan alterar nuestra privacidad. Cambiar las contraseñas con frecuencia y que sean seguras.